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jueves, 3 de noviembre de 2011

La mejor banda de todos los tiempos. Para todo el mundo. Durante un breve tiempo determinado.

Pégate un tiro para sobrevivir: un viaje personal por la América de los mitos es un libro sobre un periodista de una revista musical que debe ir viajando por EEUU recorriendo famosos lugares de defunción de célebres estrellas del rock. Mientras tanto esnifa cocaína, fuma marihuana, bebe alcohol, divaga sobre los efectos de estas sustancias en él, en la sociedad y en la composición musical, escucha discos, reflexiona acerca de diferentes artistas, duda entre los dos amores de su vida en ese momento y rememora los amores de su vida en momentos anteriores y se masturba filosófica y poéticamente con cuanto tema le salta al paso. El protagonista y el narrador, si no son la misma persona sí tienen, al menos, el mismo nombre (aunque, como diría Vila-Matas, el nombre propio es el mejor seudónimo) y entonces, podemos decir que, en un momento determinado, Chuck Klosterman asegura:


Siempre que me veo implicado en una conversación sobre las mejores bandas de rock de todos los tiempos, coloco a los Zeppelin en tercer lugar, detrás de los Beatles y los Rolling Stones. Es un sentir absolutamente mayoritario. Si se hiciese una encuesta entre los habitantes de Estados Unidos a los que les gusta la música rock, esas tres bandas serían las elegidas por consenso (y, además, en ese orden). Pero Zeppelin es con mucho la banda de rock más popular de todos los tiempos, y son populares en un sentido en que ni los Beatles ni los Stones pueden competir. Se debe a que toda persona nacida después del año 1958 ha tenido en algún momento de su vida la convicción de que Led Zeppelin ha sido la única banda de verdad que ha existido jamás. Y no hay otro grupo de rock que genere esa misma experiencia.


Yo, que no he hecho un viaje personal por la América de los mitos, ni siquiera he buscado los lugares en que la palmaron pues, no sé, Pepe Risi, Enrique Urquijo, Julián Infante, Cecilia o Migue Benítez y que no dudo entre los dos amoers de mi vida en este momento (el fútbol está un poco apagado esta temporada, he de admitir), estoy de acuerdo en bastantes cosas con Chuck Klosterman. Incluso, en este caso iría un poco más lejos... Pues Led Zeppelin no solo llegan a los fans de Beatles y Rolling Stones, sino que posiblemente serían (mínimo) la segunda o tercera opción también para los fans de Metallica, Iron Maiden, Guns and Roses, Jane´s Addiction o White Stripes... Y, por salirnos de Estados Unidos... me gustaría saber cuántos fans de Barón Rojo, Leño, La Polla Records, Extremoduro, Mago de Oz, Saratoga o, incluso, O Funkillo, ponen por delante a los Beatles o los Stones...


Sigue Chuck: 


Led Zeppelin es la entidad musical más legítimamente atemporal del pasado medio siglo. Es el único grupo en la historia del rock and roll ante el cual todo hombre al que le gusta el rock parece experimentar exactamente lo mismo. (...)
Sea cual sea la cualidad que hace Led Zep sea un arquetipo eterno debe ser “intangible”, pero incluso esta argumentación suena débil. Estoy en el estado de los grandes cielos, escuchando “Heartbreaker” a todo volumen, y la perfección de Led Zeppelin me resulta absolutamene palpable. (…) Todo es real. Y lo que abarca ese “todo” es que los Led Zeppelin suean a lo que son, pero también suenan a lo que no son. Suenan como una banda inglesa de blues. Suenan como un branquiosario de sangre caliente. Suenan a Aníbal atravesando los Alpes. Suenan sexy, sexistas y asexuados. Suenan oscuros y también colocados; suenan inteligentes y también tontos; parecen mayores que tú, aunque solo un poco. Los Led suenan a cómo actúa un tío enrollado. O, más específicamente, los Led Zeppelin suenan a cierta clase de tío enrollado: la clase de tío enrollado que todo hombre intuye vagamente que podría ser… si unas cuantas cosas de este mundo fuesen un poco diferentes. Y dicha experiencia es propia de Led Zeppelin, pues su manifestación es totalmente sonora: existe un momento en la vida en el que, cuando escuchas “The Ocean” y “Out on the Tiles” y “Kashmir”, sientes que esas canciones te convierten de un modo activo en la persona que quieres ser.



Importa poco que hayas escuchado cien veces esas canciones en el pasado y no hayas sentido nada, y también importa poco que no escuches rock & roll normalmente y solo hayas oído de pasada alguno de esos temas al pasar junto a la habitación de otra persona. Aun así, todos coincidimos en el mismo vértice: por alguna razón inexplicable, en un momento dado del proceso de maduración masculina, la música de Led Zeppelin suena como la perfecta actualización de ese tío enrollado perfecto que habita en tu interior. Escucharás la introducción del tema “When the Levee Breaks” y te sentirás como si tu cerebro estuviese dentro de la batería. Escucharás el aullido que da comienzo a “Inmigrant Song” y te imaginarás en la proa de un barco vikingo gritando ¡Valhalla! Y cuando esas cosas ocurren, no piensas en Physical Graffiti o Houses of the Holy en términos abstractos o metafísicos. Te limitas a pensar: “Vaya. Acabo de darme cuenta de algo: esta mierda es perfecta. De hecho este disco es infinitamente superior a cualquier otra forma musical en todo el planeta, así que esto lo que voy a escuchar el resto de mis días, a todas horas”. Y así lo haces durante seis días o seis semanas o seis años. Esa es tu fase Led Zeppelin. (…) Y es muy posible que superes esa fase. Pero ese es el motivo por el cual Led Zeppelin es la banda de rock más querido de todos los tiempos, a pesar de que la mayoría de la gente (incluido yo mismo) piensa que los Beatles o los Rolling Stones son mejores. Estas dos bandas son apreciadas de un millón de maneras y por un millón de razones, y los criterios para hacerlo cambian con cada generación. Pero a los Led Zeppelin solo se les aprecia de un modo, y ese modo nunca evoluciona. Es algo que comparten todos los hombres jóvenes, y seguiremos compartiéndolo hasta el fin de los tiempos. Los Led Zeppelin son inmortales, a pesar de que John Bonham no lo fuese.


(Pégate un tiro para sobrevivirUn viaje personal por la América de los mitos.
Chuck Klosterman.)


Desgraciadamente, me temo que, particularmente, he pasado mi "fase Led Zeppelin": desde luego, ya no estoy dispuesto a pegarme con nadie de 1,70 para abajo que ose decir que no son la mejor banda de todos los tiempos... Imagino que eso forma parte de la maduración (Nick Hornby decía que, en parte, te haces mayor cuando eres capaz de distinguir canciones buenas sin necesidad de que tengan un solo de guitarra increíble, una batería estremecedora o un bajo apabullante) pero, como siempre que observo signos de maduración, no puedo evitar sentirme también viejo. Y echar de menos esa etapa en la que estaba todo claro: si un buen grupo es siempre más que la suma individual de sus partes, está clarísimo, primero, que Bonham, Jones, Plant y Page coincidieran ponía las cosas muy difíciles, pero su forma de trabajar, les hacía definitivamente inalcanzables. Zeppelines mirando desde arriba con desprecio al resto de grupos que solo podía rezar para que se estrellaran. 


Cada vez que les escucho me entra la duda y pienso que igual no he madurado, sino que puede que esté involucionando. Que a los 16 tenía razón y que esto era lo mejor que se puede escuchar... Luego, siempre, se me pasa. Y paso a Exile on Main Street o Agila o 69 Love SongsEl Manifiesto Desastre. Que puede que, en parte, sean mejores, pero, como explica Klosterman no es lo mismo. Y no, definitivamente, no es igual.



2 comentarios:

  1. Hey! Que yo sigo en mi "fase Led Zeppelin"!! Aunque también me gustan Agila o Exile on Main Street... :P
    Tiene buena pinta el libro... ¿se puede encontrar en castellano?

    Un saludo!

    Lady Guitar

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  2. Nosotros es que somos más moñas y puretas... :P

    Y claro que se puede encontrar en castellano! Tienes una idea equivocada de nosotros... si estuviera en inglés no hubiera sido capaz de traducir eso en mi vida! :P

    Editorial Reservoir Books (filial de Mondadori), yo lo compré en La Casa del Libro (aunque eso no se puede decir por no dar publicidad y porque son unos cabrones en los retrasos para traerlos...)

    La traducción es de Joan Trejo... Yo me he limitado a plagiar ;)

    Un saludo y gracias por comentar!

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